Es bastante común escuchar recomendaciones para conectarse con el presente. En los últimos años, la exaltación por el presente ha permitido un gran desarrollo de lo que se conoce como mindfuldness, o atención plena en español, que se ofrece como diversos ejercicios para enfocar nuestra atención en el momento actual que estamos viviendo. Se promociona como una práctica para conocernos a nostres mismes y disfrutar con plenitud lo que vivimos. Para la columna de hoy quisiera repensar filosóficamente este particular elogio al presente en relación con la idea de planificación. Desde ciertas concepciones filosóficas podemos entendernos como agentes temporales porque planificamos. Hacer planes implica tener intenciones y proyectos a largo plazo, es decir, planificar exige como condición no estar siempre conectados con el presente.
