La lujuria vinculada con el exceso de deseo sexual fue considerada uno de los vicios o pecados capitales por el cristianismo. Como en el caso de la gula, el castigo no se debe a la capacidad natural de reproducirnos o comer, la lujuria y la gula conectan la falta moral al exceso, y especialmente al exceso desenfrenado, no medido. Para la columna de esta semana quisiera explorar la distinción entre deseo sexual y erotismo, este último entendido como aquello que nos distingue del resto de los animales.

La casa democrática
¿Despertamos en otro país?¿Acaso ese país estaba pero no podíamos escucharlo?Y no hablo de las