Cuando pensamos en la pereza, la primera imagen que nos representamos es la de alguien que no quiere moverse ni salir de la cama. En una de sus acepciones la palabra se define como falta de ganas o disposiciones para hacer las cosas, o descuido y tardanza en las acciones. Sin embargo, cuando fue catalogada como pecado capital el término pereza recogía dos fenómenos diferentes: la tristeza y la acedia. Para la columna de hoy revisaremos los diversos modos de la pereza y si es posible destacar un uso positivo del término.

El espejo de la Sexualidad por René De Santis
En su columna sobre sexualidad René de Santis nos trae sobre la ESI como política