Editorial 14/03/2019

9 AM. Casa Rosada
Desde el despacho de la Vicepresidencia una llamada tempranera desvela de la eterna siesta al encargado de proteger los derechos humanos de la Nación. 
– Aló, Avruj
– Hola, Gabi
– Che, ¿viste lo de la Virgen?
– No, ¿otra niña violada que quedó embarazada? Ya te dije que le aflojemos a las cesáreas.
– No, darling, la Virgen del pañuelo verde.
– No me digas que tuviste un revelación.
– No, una tarada que le puso el pañuelo abortero y la exhiben en una muestra.
– Ay, Gabi, será un meme.
– No, boludo, es una muestra en un centro cultural de acá de capital.
– Ah, ¿y que tengo que ver yo?
– No sos el secretario de derechos humanos y que se yo.
– Si, y de pluralismo cultural.
– Bueno, eso, están violando todo las feminazis.
– No entiendo.
– Mirá, vos sos católico como yo, ¿no?
– Si, apostólico y romano.
– Bueno, ¿a vos te parece que la Virgen estaría a favor del aborto?
– No, creo, que no, de todas maneras era impoluta, salvo por el episodio de la paloma, que es bastante confuso.
– Si, che, que raro. Ya le dije al pelado Larreta que las erradique porque son bastantes lujuriosas.
– Claro, pero, volviendo a la virgen, ¿que pasó?
– Hicieron una muestra, las tortas, los putos, los travas, todo esos desviados, y le pusieron para todos, todo, en lenguaje inclusivo, encima.
– Que pervertidos.
– Y exhiben una virgencita con pañuelo verde.
– Que descarados.
– Bueno, tenés que hacer algo, tenés que prohibir eso.
– Pero, yo no puse un mango para la muestra.
– Pero nos están atacando, están ofendiendo una imagen de la santísima.
– Vos decís que eso entra en los derechos humanos.
– Y si, sino son para la gente de bien, con fe, con buenas costumbres, ¿para quienes son?
– Y si, tenés razón. Pero viste lo del pluralismo y la libertad de expresión.
– Pamplinas, esto es obra de la Yegua, que ya todos sabemos que es amiga de Belcebú.
– Tenés razón, ya mismo redacto un comunicado para que levanten todo.
– Eso, mirá que estas trolas vienen por todo. No nos van a dejar ni un santito a quien rezar.
– Bueno, por suerte la tenemos a Lilita.
– No me jodas, no me hagas hablar.
– Tranquila, Gabi, no te sulfures, ya demasiado tenés con presidir el Senado.
– Ay, si. Me habían dicho que era más fácil. No veo la hora de volver al country a rascarme el higo.
– A todos nos mintieron.
– Hagamos una por Dios, la virgen María y el espíritu santo.
– Que le peguen al Papa peronista, pero con la virgen no se metan.
– ¡Ese es el monaguillo que adoro!
– Gracias, Gabi.
– Vos sabés que yo estoy en los temas importantes.
– Claro, sos el depósito moral de la patria.
– Sos un divino.

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