La casa democrática

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¿Despertamos en otro país?
¿Acaso ese país estaba pero no podíamos escucharlo?
Y no hablo de las sirenas mediáticas
ni de los bravos pajaritos libertarios en las redes
hablo de esos millones que ayer pusieron su voto
con una actitud demoledora
preferimos que estalle todo
antes de continuar como veníamos
si bien no significa avalar todo lo que propuso este nueva derech
asi, comprende, un nuevo escenario político
una reconfiguración total de las instituciones
un ajuste disciplinador al servicio del mercado
un nuevo estilo de gobernanza
pero también la posibilidad histórica de renacer como sociedad
el que se vayan todos del 2001
volvió en la arenga contra la casta política
sin duda algo no funcionó en dos décadas
una casa democrática que estaba floja en sus cimientos
que comprimió las paredes del bienestar común
que trazó un techo corto y pesado
que se desintegró por sus propias deficiencias
fallaron los arquitectos
fallamos los que habitamos este modelo social
no se puede edificar una sociedad en ascenso
dejando a la mitad en la informalidad laboral
en la precariedad existencial
en el desamparo inflacionario
si no escuchamos el rugido de una mayoría
encarnado en un personaje disruptivo
ahora si
podemos oírlo
duele, nos llena de incertidumbres y miedos
si
pero también nos convoca a salir del confort
de las posiciones endogámicas en que nos encerramos
de las posturas soberbias y necias que sostuvimos
de las peleas intestinas que nos vaciaron
se viene la resistencia otra vez
frente a los proyectos oscuros y dañinos
del sálvese quien pueda
hay que ser generosos, solidarios, creativos
reconstruir las bases sociales que están estalladas
generar espacios de encuentro que no militen el odio
buscar en el territorio, en lo micro, en lo íntimo
eso que perdimos en la nube de los discursos electorales
la palabra que hecha raíces
la acción que provoca consecuencias
la utopía que no está muerta
sino que renace
cuando las semillas son nuevas
y dejamos que los ciclos completen su secuencia
no hay una fórmula para la resistencia
si tenemos memorias de esas experiencias
aprender, compartir, escuchar, sentir y crear
y moverse, sin pánico
sin reacciones compulsivas
encontrar en este tiempo
nuevas fuerzas para seguir
asumiendo
un espíritu subversivo