La mafia de la FIFA

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Todo mundial de fútbol es político
un acontecimiento que siguen millones de personas
conectadas en simultáneo
con pasión deportiva
con fervores patrióticos
con escandalosas desigualdades sociales
desde una favela en Río
o una mansión en Miami
desde una ciudad bombardeada en Donest
hasta un rascacielos en Zurich
rueda la pelota en el césped artificial
y los pies que la empujan pisan la tierra
que también gira con sus charcos de sangre
con sus dictaduras blanqueadas
con sus corrupciones naturalizadas
con sus racismos implícitos
la pelota no se mancha
pero en las plateas de Qatar
en las oficinas de FIFA
en los trajes de los ejecutivos
en los uniformes policiales
en las redacciones informativas
hay manchas de sangre
todo hecho humano es político
aunque la dirigencia deportiva lo niegue
ellos son los primeros en politizar el juego
para su propio beneficio
comercializan la pasión
mercantilizan las vidas
censuran las opiniones
banalizan los conflictos
y la pelota sigue rodando
como el mundo
manchado
cansado
podrido
como la pelota el mundo tiene dueños
que se apropiaron del juego
que lo convirtieron en un negocio
bajo sus reglas arbitrarias
nos dejan entreternos un rato
festejar, padecer, llorar
mirando el espectáculo que han montado
pagando los costos de sus privilegios
la pelota gira en el aire
y el mundo no da tregua
ni al hambre
ni a las guerras
ni a al deterioro ambiental
ni a las distintas formas de discriminación
ni al capitalismo voraz
por eso este mundial es político
aunque lo escondan
lo prohiban
lo disfracen
la pelota va rodando
y deja en evidencia
la situación decadente
de un mundo atrapado
en la ambición de una minoría.