Prolifera un discurso bélico en torno a la pandemia
las medidas de control poblacional que instala la cuarentena
expanden una visión de guerra total contra el virus Covid-19
metáforas como el enemigo invisible
ocultan las causas de la crisis sanitaria
y abren la caja de pandora del autoritarismo
la vigilancia social se acentúa
sobretodo en los sectores más castigados
por lo estereotipos de la criminalización
surgen las figuras del vigilante ciudadano
un botón en cada balcón
que señala al otro como el sospechoso portador
apela al miedo como forma de cohesión social
más que a la solidaridad y la interdependencia
el tono bélico ataca los síntomas
pero no habla del diagnóstico complejo
nada nos dice de las causas ambientales de la pandemia
de los agujeros de los sistemas de salud
de las desigualdades que impone el capitalismo
esa es la raíz del problema
la predación sistemática de la naturaleza
la destrucción de los ecosistemas
la mercantilización de la vida humana y silvestre
poco se enuncian las razones socioambientales
el enemigo real de este planeta
es el antropocentrismo que extrae y no restaura
el que usa y tira
el que vive en una burbuja de comfort
el que prefiere ignorar el daño que ocasiona
el que no advierte el colapso que se avecina
a las políticas sanitarias que se implementan hoy
debemos sumarle una conciencia ecosocial
un compromiso de cuidado mutuo a escala global
un respeto por la naturaleza
una economía que priorice el buen vivir sobre el desarrollo de riquezas
sino estaremos condenados a una guerra infinita
contra las consecuencias que generamos como especie
en un mundo cada día más inestable
