Días negros para la libertad de expresión en el mundo, signados por la detención de Assange en Inglaterra y su posible extradición a Estados Unidos.
El hombre que permaneció encerrado durante siete años en una embajada asilado por un pequeño país latinoamericano en el corazón de Londres, en la mira de las agencias secretas del Imperio y sus aliados ¿cuál fue el crimen de Assange? Crear Wikileaks, una plataforma destinada a difundir lo que los gobiernos esconden, lo que las corporaciones mediáticas callan, lo que los ciudadanos del mundo no debemos saber, eso que mueve los intereses más feroces, eso que sería peligroso porque desnuda la fachada real de los poderes reales. Todo ese cúmulo de informaciones que permanecen secretas, todo esa mierda encriptada en la maquinaria de guerra del capitalismo global, Assange se animó a publicarla porque otros arriesgaron el pellejo, como la soldado Manning que reveló los crímenes de las tropas de ocupación en Irak, como Snowden que demostró como el big brother yanqui nos espía constantemente, por eso es tan peligroso que Assange esté libre, que Wikileaks continúe, que otrxs periodistas sigan creyendo que pueden combatir este sistema de mentiras.
Estados Unidos consiguió lo que quería, porque el presidente ecuatoriano Lenin Moreno actuó como un lacayo. Porque Inglaterra y Europa se someten a los designios autoritarios de la Casa Blanca. Porque los gigantes informativos prefieren encubrir los delitos del capitalismo global, un hombre que desde su empecinada convicción se mantuvo en pie de guerra.
Assange es un subversivo, la verdad es subversiva en un mundo donde lo falso sostiene los privilegios del poder.